lunes, 31 de octubre de 2016

LIEBRES EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

La liebre: muy abundante todavía en toda la península allá por los años 50, sus poblaciones han ido mermando considerablemente en algunas partes hasta el punto de que su presencia escasea en algunas provincias españolas, no obstante en otras se las puede calificar de abundantes, llegándose a cazar unos 5 millones de ejemplares al año, en lo que es la Europa Occidental.
Bonita liebre europea observando su entorno

La liebre pertenece al orden del LAGOMORFO de la familia LEPORIDAE, de las cuales alberga entre especies y subespecies unas 30 de diferentes tipos: tamaños, colores y habitad, es un animal de vida nocturna y durante el día se camufla entre la hierva, entre los terrones de tierra en el labrado, entre cualquier mata etc. en la parte soleada, y protegida del aire o el frío, paren entre 1 y 4 lebratillos por camada según la especie, nacen con los ojos abiertos y son muy precoces en todo, aunque su madre les amamantará son capaces de comer solos y enfrentarse a la vida sin ayudas desde el primer momento, el manto superior de la liebre es de color pardo amarillento y blanquecino en la parte ventral con el final de la cola y las puntas de las orejas de color negro, sus patas traseras son largas y grandes y las anteriores cortas y delgadas lo cual les permite pegar saltos de hasta 3 metros de longitud.


Al igual que otros animales de campo la liebre no está exenta de ciertas enfermedades tales como: la paseturelosis, brucelosis, cocidosis etc. pero la peor y más mortal es la "tularemia" que puede contagiar a un perro o al mismo cazador a través de su manipulación, esta enfermedad es transmitida a la liebre a través de la picadura de vectores como los mosquitos o las garrapatas, que anteriormente han extraído sangre de un animal infectado.

La liebre se caza de distintas formas y maneras: en batida, se colocan entre tres o cuatro cazadores en sus paradas, lugar de escape donde se supone que pasará la liebre y poder tirarla, una vez colocados los cazadores se procede a la suelta de los perros, normalmente de rastro y extraordinaria nariz para ir conduciendo la liebre hacia los puestos, sobre todo en los pirineos por la densa vegetación y lo quebrado del monte para con sus latidos ir delatando que llevan la liebre ya cerca y por delante de ellos.

Otra forma de cazarlas es en mano, lugares mas limpios, viñas, barbechos, monte bajo, sin perros formando una mano entre varios cazadores en forma de uve, medio circulo o en linea recta levantándolas a su paso y poder tirarlas a una distancia correcta. También se pueden cazar en mano con perros entre dos o tres personas, incluso uno solo, ya que en este caso no se va exclusivamente a la liebre sino más bien a lo que salga, que igual puede romper un conejo, una perdiz, una torcaz o la misma liebre.
Aquí se puede apreciar la embergadura de esas liebres europeas 
Antiguamente en lugares más llanos del centro y sur de la península corrían las libres con una collera de cuatro o cinco galgos hasta ser alcanzadas por ellos por lo que no se usaban armas para esta modalidad. Desde hace unos años no se practica este tipo de caza, o al menos de esta forma, hoy en estos mismos campos se celebran unas competiciones en las cuales acude mucho público de distintas partes, naturalmente este tipo de competición impone una serie de normas a seguir, participan jueces montados a caballo, los conductores de los galgos, los perros que participan van acollarados en traíllas de dos en dos, y como no, la protagonista, que es la liebre. La carrera se desarrolla así: dos jueces a caballo con una cinta en la mano distinto color del otro juez que son los mismos colores y cinta que llevan cada uno de los perros participantes, solo compiten dos perros que una vez atraillados junto con los jueces y el que dará la orden de salida van adentrándose en el campo en línea hasta que salta la liebre y se da la orden de salida desactivando la traílla momento que los perros quedaran libres para perseguir la rabona, toda carrera que no llegue al 1.5 minutos no sera válida, al terminar la carrera los jueces valoraran el trabajo de cada perro y le otorgaran su puntuación al ganador. Estos perros son muy valiosos para su dueño que los alimenta, los entrena y les da masajes para relajar la musculatura y rebajarles el estrés antes de una carrera, el público suele situarse en un alto si lo hay, para observar mejor todo cuanto acontece.

A lo largo de mi dilatada vida en la práctica de la caza he escuchado algunas veces en boca de cazadores que aseguran que la liebre en ocasiones puede ser carnívora, si tenemos en cuenta su condición de herbívoro y no de omnívoro me inclino a pensar que este hecho es totalmente falso, sin embargo, si aceptaría que en ocasiones abriera el estómago de un herbívoro para comerse la hierba fresca de su interior, naturalmente esto es mi opinión particular sin valor científico alguno.

 En cuanto a la munición para abatir una liebre y según terreno a cazar, creo que lo más adecuado sería de séptima para la ibérica y sexta para la europea y también la de piorno, aunque en llanos que puedan arrancar a más distancia la munición de quinta podría resultar muy positiva.

Galgos persiguiendo una liebre ibérica en competición
                     
La Península Ibérica, alberga tres tipos de liebres:

IBÉRICA: (LEPUS GRANATENSIS).

Distribuida prácticamente por toda la Península Ibérica con un peso aproximado de 1.5 hasta 2.5 kilos.

EUROPEA: (LEPUS EUROPAEUS).

Está presente en España y no se le conocen subespecies, su peso va de 2.5 hasta 5 kilos. La L.G. (SOLISI) es una liebre exclusiva de la Isla de Mallorca.

PIORNAL: (LEPUS CASTROVIEJOI)

Endémica de la Península Ibérica expandiéndose por la Cordillera Cantábrica, Sierra de los Ancares entre Lugo y León hasta la Sierra de Híjar entre Cantabria y Palencia.

Amig@s que San Humberto reparta suerte y precaución que ya estamos de lleno en el tajo.

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