cabalgando entre la espesura del monte |
Ante todo, espero que hayáis gozado de las fiestas navideñas y tengáis un feliz año nuevo, a y que los reyes hayan cumplido con vuestros encargos y deseos, que aunque algunas veces no se cumplan, es muy importante, hacerle frente al futuro y mirar siempre hacia adelante.
El siglo 21, ha sido el impulsor del disfrute de los deportes de campo, antaño, era casi algo inesperado encontrar un viandante en un día de fiesta por un camino, salvo que el motivo fuera desplazarse a pie a otro pueblo, por algún motivo festivo o familiar, ya que andar en aquellos tiempos, era lo mas normal y los medios de locomoción andaban muy escasos, salvo algunas bicicletas para desplazamientos largos o solitarios. La juventud, solía desplazarse a las fiestas de los pueblos colindantes a pie y en grupos, disfrutando tanto del viaje como de la propia fiesta, en el viaje acontecían curiosos y necesarios hechos como usar alpargatas durante el camino, para al llegar cerca de destino, calzarse los zapatos y dejar las alpargatas escondidas en cualquier maleza para recuperarlas después de la fiesta, y cambiarse otra vez, también se le daban 2 o 3 plieges a los bajos de los pantalones, para evitar enpolvarlos o arañarlos. así que los campos eran poco transitados y a parte de algún cazador o setero y la propia fauna salvaje, el campo gozaba de mucho silencio, quietud y armonía.
En los últimos tiempos y cada vez mas, el campo, se a ido invadiendo de una forma imparable,hasta el punto en que se hace bastante difícil compaginar, todas las actividades lúdicas que en el se practican, debido a la gran cantidad de usos que se hacen del mismo, perdiendo así aquella paz y libertad de la que antes gozaba, ademas de inquietar a muchos animales, al sacarles de sus querencias.
Hoy día se entrelazan infinidad de caminos, veredas, pasos de jabalí, carriles abiertos por las motos de montaña, etc, que abarcan buena parte de estos terrenos, donde podemos encontrar: paseantes, deportistas corriendo, bicicletas, grupos de excursionistas, cazadores, moteros etc., incluso ayer domingo, con mis propios ojos, vi atravesar entre una viña, una moto una bici y además llevaban un niño de corta edad y a sabiendas de que estamos, en plena época de caza y el peligro que esto comporta. Los cazadores, cargados de permisos y tazas de estado, hoy día, tenemos que estar mucho mas atentos, por la seguridad de los demás usuario del campo que por la nuestra propia, pero siempre hay personas, que sin soltar un solo euro, se creen con todos los derechos como el caso de un pueblo de la provincia de Lerida, el cual ya no recuerdo el nombre, de una pareja, que al trasladarse allí en segunda residencia, pusieron una denuncia al ayuntamiento contra la iglesia, alegando que el ruido de las campanas, les producían muchas molestias, es como si le pedimos peras al olmo, que verguenza.
bicis, otro de tantos deportes camperos |
Somos muchos los cazadores que en nuestros días de caza, nos vemos obligados a cruzar estos caminos y veredas, ante la imposibilidad de poder seguir adelante, pero con precaución y buena voluntad todo es posible y a pesar de que siempre habrá protestones, la mayoría son comprensibles, que en realidad son los únicos que disfrutan de este campo al que todos tenemos derecho de acceso.
Sin embargo hay dos puntos que me gustaría resaltar sobre las motos de montaña: en primer lugar, son demasiado ruidosas, excepto en los lugares habilitados para tal fin y en segundo lugar, el exceso de velocidad en esos caminos, en los cuales pasean personas con niños, lo cual no deja de representar un peligro, tampoco este ruido es recomendable entre primavera y verano ya que son muchas las aves que en esta época anidan en los margenes de los caminos o cerca de ellos , provocando que aborrezcan su nido por el miedo y el exceso de ruido.
Desde hace ya tiempo, personas de todas las edades, aconsejadas muchas veces por sus médicos, para un mejor funcionamiento de su cuerpo, practican gimnasias de recuperación en centros de jubilados de los ayuntamientos, en el campo sucede lo mismo, se ha ampliado mucho el número de personas que sale a disfrutar de paseos, caminatas incluso grandes traviesas o correr, para restarle algunos gramos a su silueta incluso algunos quilitos de más los que salen con frecuencia, moda que cada día se extiende más para conseguir un cuerpo bien moldeado, exento de grasa y como no mas fuerte y sano, haciéndose mucho uso también de los gimnasios.
Naturalmente, los núcleos mas poblados, están en la periferia de las grandes ciudades, pequeños pueblos o no tanto y sobretodo las urbanizaciones que están como moscas por todas partes y en cualquier lugar, sito el alto penedés que es donde esta enclavado el coto en el que cazo.
A pesar de todo, los que protestan mas por todo son los que van a la torre o casa los festivos y los animalistas que si no los conoces ya se dan a conocer, en cambio los lugareños que han pasado su vida en el campo, es muy raro que protesten por algo, al contrario son humildes, respetuosos y dialogantes con el cazador.
La situación actual de las masas de personas en el campo, en estos núcleos más poblados la podríamos comparar con cierto tipo de carreteras es decir los problemas que produce una carretera no es culpa de la misma sino del mal uso que se hace de ella. La falta de respeto hacia los demás o entre unos y otros y la desobediencia de las leyes, es lo que causa los dichos problemas.
El campo es para todos y debemos respetarnos y disfrutar de él, aceptando el disfrute que cada uno quiera darle, pero siempre con el máximo respeto y seguridad hacia el entorno y a las personas. Una sana costumbre, para andar en época de caza, en lugares con escasa visibilidad, es ir silbando, cantando o simplemente hablar o toser de vez en cuanto, para avisar de que andamos por allí, y así evitar sustos, por parte de todos.
Os dejo un enlace a través de CLUB de CAZA, donde se puede ver, la voluntad de personas, que ademas de cazar, trabajan para la fauna en general y contribuyen a mejorar el monte.
LOS CAZADORES DE GALLIPIENZO
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